OTORGAMIENTO DEL GRADO DE “DOCTOR HONORIS CAUSA” AL DOCTOR JOSE MATOS MAR POR LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO

JOSE FERNANDO ELIAS MINAYA

Facultad Ciencias Sociales

Señores

Es un alto honor para mi presentar la semblanza de vida académica del doctor José Matos Mar, a quien nuestra Alma Mater otorgará el Grado de Doctor Honoris Causa. Los merecimientos académicos forjados por el doctor Matos en poco más de 60 años, sobradamente justifican éste y otras distinciones y homenajes. La comunidad académica en general, así como en las esferas de la administración publica del Estado y organismos internacionales reconocen su trayectoria de producción intelectual y de promoción al trabajo interdisciplinario y por la formación de generaciones de profesionales.

Para los científicos sociales y de modo particular para los antropólogos, el doctor Matos es un referente, un ícono, como forjador de las más brillantes promociones de antropólogos y sociólogos desde el Departamento de Antropología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y de investigadores en diferentes ramos desde el Instituto de Estudios Peruanos, desde donde también se proyecto hacia las universidades de provincias.

José Matos Mar por su origen proviene de un hogar campesino humilde del Cusco, nació en 1921 en Coracora capital de la provincia de Parinacochas en el departamento de Ayacucho; y como el mismo refiere, su padre biológico los abandonó a él, su hermana y su madre cuando tenía menos de dos años de edad; pero para suerte y éxito de su vida posterior, los acoge como padre el abogado cusqueño doctor Aurelio Fernández Baca quien tenía el cargo de Juez de Primera instancia. Con este magistrado, por motivo de su oficio se trasladan a Tarma y luego a Lima donde termina sus estudios de instrucción primaria y continúa su formación académica. Refiere que el contacto con dicho humanista, quien fue ex prefecto y ex diputado le permitió interactuar en las altas esferas sociales y de la intelectualidad, líderes políticos y la burocracia del Estado.

En 1933 cuando iniciaba estudios de instrucción secundaria en el Liceo Comercial del Perú en el centro de Lima tuvo como profesores a los doctores Luis Alberto Sánchez, Emilio Romero y Andrés Echegaray, termina sus estudios de secundaria en el Colegio “San Luis” Maristas de Barranco en 1938. La experiencia vivida desde tierna edad le permitió distinguir lo que llamaría los contrastes del Perú oficial y del Perú marginado y excluido pero después emergente.

Ingresa a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en 1941 realizando estudios de abogacía, que los abandona para iniciar estudios de etnología y arqueología entre 1946 y 1948. Sus profesores fueron grandes maestros, entre ellos: Julio C. Tello, Jorge Basadre, Raúl Porras Barrenechea, Arturo Jiménez Borja, Mariano Ibérico y Luis E. Valcárcel, este último su principal mentor. Siendo alumno del Instituto de Etnología y Arqueología se desempeñó además como jefe del gabinete de trabajo del referido Instituto y fue asistente del doctor Luis Eduardo Valcárcel.

Este gran maestro fundador de los Institutos de Etnología y Arqueología en San Marcos y en la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco fue el verdadero gestor de la institucionalización de las ciencias sociales en nuestro país inculcando el inicio del análisis científico de la realidad nacional para superar las diversas formas de indigenismo que hacían ver los contrates de los pueblos en el Perú. Esta es la escuela que recibió José Matos Mar.

En la década del 40, después de la segunda guerra mundial se produjeron expectativas inusitadas. El mundo se mira en su propio espejo y se da cuenta de las tremendas diferencias. Mientras la industria bélica había generado el despliegue tecnológico en gran escala, se dio cuenta de la existencia de vastas regiones atrasadas que obstaculizaban la expansión de las inversiones y el desarrollo del industrialismo, por lo que se impulsan desde los organismos multinacionales políticas de modernización. En el Perú los regimenes democráticos del primer gobierno de Manuel Prado Ugarteche y de Luis Bustamante y Ribero posibilitaron procesos de movilización social y política en el campo y en la ciudad llamando a una mayor atención de los problemas por los siguientes gobiernos de turno. En medio de esta efervescencia incursiona la antropología, cuyos principales actores Luis E. Valcárcel y José Mayos Mar retoman la posta de los sueños e ilusiones de los indigenistas desde principios del siglo y emprenden la academia científica para el conocimiento de la realidad nacional. Valcárcel culmina su predica institucionalizando los estudios arqueológicos y etnológicos en San Marcos y en el Cusco y José Matos inicia los estudios sistemáticos con sendos proyectos de investigación.

Desde el inicio de la institucionalización de la ciencia social en San Marcos, la formación académica se asocia con proyectos de investigación, siendo el proyecto Virú en 1946 el primero en implementarse con el apoyo financiero de universidades norteamericanas. Virú fue modelo de investigación con integración y cooperación interdisciplinaria y participación de connotados científicos de diferentes países europeos que como consecuencia de la gran guerra migraron a los Estados Unidos. Dichos antropólogos difunden las enseñanzas de la escuela de Frank Boas y José Matos y otros estudiantes de las primeras promociones se benefician de las enseñanzas de: Julián Steward, Duncan Strong, Wendell Bennett, Gordon Willey, Junios Bird, Daniel Collier, Allan Holmberg, Jorge Kubler entre otros. Con esta rica experiencia después: José Matos desde San Marcos, Oscar Nuñez del Prado en el Cusco y Efraín Morote Best en Ayacucho como directores de los institutos de Arqueología y Etnología desplegarán sus actividades académicas formando cuadros de distinguidos antropólogos y arqueólogos.

En 1948 José Matos empieza dirigiendo la primera expedición de estudios del flamante instituto de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en la comunidad de Tupe en Huarochiri con la colaboración de Carmen Delgado, Rebeca Sotelo, Rosalía Avalos y Carlos Inchaustegui, cuyos informes fueron presentados como tesis de bachillerato.  Matos sustenta la tesis: “Tupe: una Comunidad del Área Cultural del Kauke en el Perú. Geografía y Economía”. Entre 1953 y1954 realiza estudios de post grado en la Escuela Práctica de Altos Estudios de la Universidad de París, graduándose como doctor en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en 1958 con la tesis: “La Estructura Económica de una Comunidad Andina. Taquile, una Isla del Lago Titicaca”.

Luego como director del Instituto de Etnología y Arqueología dirige los proyectos de investigación en la zona del Altiplano en Puno entre 1950-52 estudiando la comunidad de Taquile y la hacienda de Amantani; el proyecto Huarochiri entre 1952 a 1955 donde se estudian seis Comunidades de indígenas con un equipo de destacados alumnos entre los que se encuentra Julio Cotler, Eduardo Soler, Teresa Guillén, Francisco Boluarte entre otros. En las barriadas de Lima realiza observaciones desde 1945 sistematizándolos en 1955 a partir de observaciones en Ciudad de Dios que se traduce en la primera publicación de las barriadas de Lima y en el inicio de los estudios del proceso de urbanización. Luego el proyecto del valle de Lurín entre 1958 a 1961 donde se contrasta la presencia de las haciendas y las comunidades de Lurín y Pachacamac realizado con otro grupo de selectos estudiantes entre los que se encuentra José Portugal y Waldemar Espinoza. En 1963 el proyecto del valle de Yanamarca en Jauja con la participación de los estudiantes Rodrigo Montoya y Heraclio Bonilla.

Después como fundador y director del Instituto de Estudios Peruanos dirige el proyecto del valle de Chancay con el apoyo inicial del Instituto Frances de Estudios Andinos (IFEA) y después con el apoyo de la Universidad de Cornell. Dicho valle, dentro del criterio microregional,  es elegido como laboratorio de investigaciones de varias promociones de antropólogos entre 1964 hasta 1969. Así tenemos los estudios de Huayopampa con el equipo de Fernando Fuenzalida y Jurgen Golte entre otros; el estudio de la comunidad de Pacaraos por Emilio Mendizabal y Carlos Ivan Degregori; la comunidad de Lampian por Olinda Celestino; la hacienda de Caqui por Humberto Rodríguez; la comunidad de Acos por Isabelle Lausent.

El estudio sobre las haciendas del valle de Chancay la realiza José Matos dentro del proyecto de estudios de haciendas y latifundios conjuntamente con Henri Favre y Claude Collin-Delavaud, quienes realizan estudios en Huancavelica y en la costa norte.

Como síntesis del los estudios en el valle de Chancay el I.E.P publica el libro: “Dominación y Cambios en el Perú Rural” (1969) donde se expone la formulación teórica de los procesos económico sociales del valle y del Perú rural destacando los planteamientos  de los integrantes del equipo de investigadores del Instituto de Estudios Peruanos, entre los que se encuentran: además de José Matos , Julio Cotler, Fernando Fuenzalida, William White, Giorgio Alberti, Lawrence Williams y Oscar Alers.

Los proyectos de investigación dirigidos por Matos se enmarcaron dentro de la concepción de áreas culturales propuesto por J. Steward, donde la noción de microrregión, interrelación de asentamientos humanos, pluralidad y cambios culturales, son las variables de observación y análisis para distinguir las formas de asentamiento humano significativos y los sistemas de interrelaciones económico sociales. Los estudios de comunidades campesinas, o de haciendas y caseríos dentro de espacios microrregionales y la noción de interdependencia superan los estudios clásicos de comunidades como entes autónomos y aislados de su contexto cercano y de la realidad regional, nacional e internacional. El enfoque funcional estructuralista es lo predominante en dichos estudios ante el dogmatismo de los cultores del materialismo histórico que fue tomando importancia al finalizar los años 60 y durante la década del 70, por lo que ambos se tomaron distancia.

En su trayecto académico en San Marcos y desde el Instituto de Estudios Peruanos el maestro Pepe Matos fue profesor de brillantes grupos de investigadores, entre los que mencionamos a:  Eduardo Soler, Julio Cotler, Teresa Guillen, Francisco Boluarte, José Ma. Arguedas, Luis Guillermo Lumbreras, Aníbal Quijano, Alejandro Ortiz, Humberto Gershi, Carmen Delgado, Emilio Mendizabal, Waldemar Espinoza Soriano, Martha Escobar, Alberto Chen, Hernán Castillo, Fernando Fuenzalida, Teresa Valiente, Jurgen Golte, José Luis Villarán, Heraclio Bonilla, Rodrigo Montoya, Cesar Fonseca, Olinda Celestino, Carlos Iván Degregori, entre muchos otros más.

Desde el Instituto de Estudios Peruanos con el proyecto de “Estudio de Cambios en Pueblos Peruanos”, José Matos se proyectó a las Escuelas de Antropología de las universidades de provincias: docentes y alumnos de las Escuelas de Antropología y Sociología de: Arequipa, Cusco, Ayacucho, Huancayo y Trujillo participamos, en mi caso como representante de Trujillo, en ciclos de capacitación y trabajo de campo en las respectivas zonas de estudio marcando, hecho único desde entonces. Ello hace que desde dichas universidades tengamos un aprecio especial a tan insigne docente e investigador.  

Con Pepe Matos el Instituto de Etnología y Arqueología, después Departamento de Antropología en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos alcanzó su mayor brillantez siendo reconocido como el más importante a nivel latinoamericano. Anualmente tenía un programa de profesores extranjeros visitantes que actuaban como docentes e investigadores que incluían en su equipo a alumnos sanmarquinos de diferentes carreras como asistentes. La vida académica era muy intensa con debates, conversatorios y conferencias sobre problemas teóricos y metodológicos, debates también de sustentación de los avances y resultados de las investigaciones. El Departamento de Antropología de San Marcos tenía la mejor biblioteca y hemeroteca de Latinoamérica y entre sus estudiantes de etnología, arqueología y lingüística había jóvenes de otras nacionalidades. Desgraciadamente, como a veces ocurre, el doctor Matos fue injustamente separado de su alma Mater en 1969, desde entonces Antropología en San Marcos nunca más fue como la gloriosa década del 60. Por eso, este acto de reconocimiento es, de alguna manera, una forma sencilla de reivindicación de la valía y trascendencia de tan ilustre maestro, aunque realmente no fuera necesario dado a su renombre y ubicación en el contexto académico científico internacional.

El año de 1970 le cupo al doctor José Matos presidir el 39 Congreso Internacional de Americanistas llevado a cabo en la ciudad de Lima. La designación del Perú como sede de dicho congreso internacional fue por el auge que había alcanzado las ciencias sociales en nuestro país y al reconocimiento de la fructífera trayectoria del amauta doctor Matos, tanto como docente de San Marcos y líder de investigadores en el Instituto de Estudios Peruanos.

Con su vasta experiencia como científico social e investigador de la problemática nacional y como gestor del desarrollo institucional, recorrió el mundo académico internacional como conferencista y expositor de los resultados de sus investigaciones. Fue requerido como asesor de Presidentes y ministros de los diferentes gobiernos del Perú y dirigió cursos para la alta burocracia del Estado como lo fue el Centro de Altos Estudios Militares (CAEM) y cursos de maestría y doctorado en diversas universidades del país y también del extranjero; en todos los casos para hacer entender y sensibilizar a la alta burocracia del Estado, donde se toman las decisiones políticas, la necesidad de hacer mejor gobierno para resolver los problemas cruciales del Perú como nación en formación y atender las necesidades urgentes de la población diversa.

En 1989 fue invitado a dirigir el Instituto Indigenista Interamericano con sede en el distrito federal de México, cargo que ejerció por 6 años hasta 1995, hecho que a la vez fue oportunidad para que viera más de cerca la problemática “indígena” de Latinoamérica y del mundo. Durante su gestión en el Instituto Indigenista Interamericano y en los siguientes 10 años hasta el 2005 se desempeñó como consultor y asesor de organizaciones gubernamentales de México y en organizaciones internacionales vinculadas al problema del desarrollo, como son: el Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF); fue consultor de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), México (1995-2000); consultor del Instituto Panamericano de Geografía e Historia (IPGH), México (1999- 2003); consultor de la Organización de los Estados Americanos (OEA); consultor de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación (UNESCO); también de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL); y de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Cuando regresa al Perú en el 2005 es acogido en el 2007 por la Universidad Ricardo Palma donde actualmente se desempeña como Director del Centro de Investigación de dicha universidad.

La producción científica del doctor Matos Mar y de los equipos de investigadores que dirigió, fruto de largos años de trabajo de campo,  son fuente importante de consulta en todas las universidades. Tiene más de 20 libros publicados y cientos de artículos en revistas y compilaciones a nivel internacional. Entre sus publicaciones más significativas, además de las mencionadas, podemos indicar sus libros sobre: “Las Barriadas de Lima” (1955 y 1966), “Erasmo: Yanacón del valle de Chancay” (1974), “La Reforma Agraria en el Perú” (1980), “Memorias de Luis E. Valcárcel” (1981), “Desborde Popular y Crisis del Estado” (1984), “Taquile en Lima” (1986), “Población y Grupos Étnicos en America” (1994),  y el reciente libro “Perú: Estado Desbordado y Sociedad Nacional Emergente” publicado en febrero de este año por el Fondo Editorial de la Universidad Ricardo Palma. Este último libro, como él mismo lo dijo en varias entrevistas, es testimonio de vida personal y de seguimiento que hace de los migrantes rurales hacia la ciudad de Lima, transformándolo con el rostro andino del Perú profundo, el otro Perú, frente al Perú oficial criollo.

Una breve apreciación de la perspectiva de su producción científica lo destacamos en dos vertientes: primero el estudio de la sociedad rural desde sus formas de asentamientos como son las comunidades de indígenas, las haciendas y los caseríos y las interrelación entre sus actores dentro del contexto del sistema latifundista; y su situación de abandono por parte del Estado que viene desde la política excluyente, marginatoria y racista del régimen colonial, sumiendo en la pobreza crónica y al primitivismo a este sector de la población, que Matos llama el Otro Perú, el Perú invisibilizado, pero que, sin embargo, lenta y silenciosamente fue forjando su propia historia, gestor de un proceso de revolución sociocultural. Segundo, el estudio del proceso de formación del nuevo perfil de la sociedad urbana, a partir de la formación de las barriadas y la gesta que realizan los migrantes en la gran Lima y que se reproduce con similares características en otras ciudades costeñas receptoras de migrantes.

El sistema latifundista oligárquico se quiebra con la reforma agraria de 1969, siendo incluso esta medida política del gobierno del general Velasco Alvarado, una consecuencia del proceso de movilización social y revolución cultural que desde la década del 40 emprenden de manera sostenida la población rural asediando desde el desierto y los cerros de las afueras de la capital peruana, llamada Ciudad de Los Reyes. La ocupan y le dan un nuevo perfil.

Esta epopeya social que es a la vez la epopeya académica del maestro José Matos, como bien lo señala Martín Tanaka historiador y ex director del Instituto de Estudios Peruanos se registra minuciosamente en su último libro: “Perú Estado Desbordado y Sociedad Nacional Emergente”. Es un hermoso testimonio de la historia corta del Perú moderno desde 1945 de cómo lo migrantes al no tener oportunidades en sus pueblos optan por migrar a la capital y emprender la construcción de las barriadas y que después con el trabajo cooperativo comunal acordados en el “camachico” la convierten en tres nuevas Lima agregando a la Lima Tradicional, ellas son Lima Norte, Lima Este y Lima Sur.

El libro de 573 páginas impreso con nuevas técnicas de edición presenta ilustraciones  de planos, cuados estadísticos, gráficos, colección seleccionada de fotografías que nos transportan a espacios y escenas de la odisea de los migrantes; también expone referencias diferenciadas  a color acerca de casos de ocupación y formación de las barriadas que han marcado pauta en la transformación de la Gran Lima; así como testimonios de vida personal del autor que como migrante alto andino, como etnógrafo y analista de la realidad sociocultural,  con toda autoridad propugna la necesidad de un mejor gobierno, que si no la hacen las actuales clases políticas, la harán los propios representantes de este Perú emergente.

La publicación de este hermoso libro, según diversos comentaristas, después de José Carlos Mariátegui presenta una nueva interpretación del Perú “moderno”, donde los dos Perú, ahora son uno solo, pero diverso; donde el matiz del Perú antes marginado deviene con la fuerza de la cultura ancestral. Planteamiento muy provocador, del que habrá sectores de intelectuales que no comparten, y por lo mismo, motivo de reestudios y otros nuevos estudios.

Maestro José Matos Mar, aquí estamos presente algunos de los que lo conocimos directamente, otros que aprendimos de sus libros y la juventud universitaria ávida de saber quien es usted y aprender de su legado. Tenga usted el reconocimiento nuestro con todo respeto y admiración. Muchas gracias.

Trujillo, 11 de mayo del 2012

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